EL ESTANDARTE DE LA BANDA MUNICIPAL DE BRIHUEGA.

El día 11 de agosto de 2013. a las 11 de la noche, se presentó el nuevo escudo y estandarte de la Banda Municipal de Música de Brihuega. Esta banda más que centenaria, pues, según las investigaciones que la musicóloga Laura Sánchez Domènech nos ofrece en su libro “Crónica de una Banda”, se remonta a 1868, nunca tuvo estandarte, aunque sí una bandera con una lira como escudo y la leyenda “Filarmónica Briocense”. 

Durante la gestación del libro se hizo lo propio con el estandarte y la pintora Sopetrán Domènech propuso un diseño de hoy para una banda de siempre. Este primer trabajo fue presentado ante la opinión pública apareciendo en el libro que nos muestra la historia de la banda.

La idea fue recogida por la directiva que se propuso materializarla y con algunas pequeñas modificaciones se ha llevado a cabo y es una realidad.

Se presentó el día 11 de agosto, aunque sin su presencia física, pues la casa malacitana encargada de su confección no lo tuvo terminado a tiempo. Se recibió el día 13, el 14 fue bendecido por el cura párroco en la iglesia de Santa María y el 16 recibió el bautizo en su primer concierto, nunca mejor dicho, por la tormenta que se desencadenó a mitad del mismo.

Fue este un concierto de hermanamiento con la Banda de Muggía (Italia), que acudió invitada a las fiestas, y en el que ambas bandas unidas tocaron algunas piezas.

El diseño de Sopetrán Domènech está realizado sobre un campo blanco, el lugar de actuación, la sala, el escenario; sobre este fondo blanco, orlado de oro, destaca un tronco de árbol sobre el que corre un pentagrama; este tronco es la banda, su presencia, su historia; de él salen cuatro brazos principales, los cuatro primeros directores que ha tenido a lo largo de su dilatada historia; también salen otros brazos secundarios que representan a otros muchos segundos directores y a los músicos; este tronco está profundamente enraizado en la base del estandarte, como la banda lo está en la sociedad briocense. Sobre el fondo blanco del estandarte, como cayendo del árbol aparecen una infinidad de gotas doradas, actuaciones de la banda, frutos que la banda nos ofrece.   

A ambos lados del tronco aparece el arpa de aquella primera bandera, a la izquierda, rodeada y protegida por la fuerza de unas ramas de los robles y de las encinas que crecen en las tierras briocenses.  A la derecha el escudo de la villa, orlado en el primitivo diseño por una corona de laurel que se ha cambiado por otra formada con algunas de las muchas plantas de ese “Jardín de la Alcarria”,  nombre con el que es conocida la población, la galluba, zumaque, lino, espliego, …

Un diseño actual, a la vez que clásico; un diseño significativo que se identifica con una serie de valores, de los muchos que encierra esta villa, que va a llevar y mostrar en cuantos lugares y escenarios esté presente la banda de música briocense.